He leído recientemente las noticias por Internet y llama la atención que en lugar de que los mexicanos se preocupen por la "tomada de pelo" que nos da todos los días el "Presidente del Empleo", las noticias más visitadas sean las del mundo de la farándula y más exactamente cuando hay violencia de por medio.
Ese morbo que a todos les mueve el piso comienza a cosquillear y desde la sencilla ama de casa hasta el ejecutivo "letrado" se ve movido a instigar acerca de lo que pasa en el mundo de los espectáculos.
No hay más que ver que sitios como El Universal o Reforma le dieron amplios espacios a la madriza que recibió el "So-called" Fabiruchis por no querer pagar la cuenta a su amante (masculino) de turno o a los recientes asesinatos de artistas gruperos para darse cuenta que es lo que mueve los hilos respecto a sucesos noticiosos se refiere.
Menciono esto por que en esta misma semana las notas principales fueron el asesinato de una cantante conocida como Zayda y otro gordito de un grupo conocido como K-Paz de la Sierra.
Hace un año escribí en este mismo espacio que Valentín Elizalde era un canijo muy poco conocido y que de repente su asesinato lo había llevado a los altares de (casi) un ícono religioso. Cantantes mediocres que dan el salto a la fama por el mal gusto que distingue a toda la sociedad mexicana (clases pudientes incluidas) y que son llevados a categoría de ídolos en menos que canta un gallo. Pero muchos de ellos dependen (y este es un mal característico nuestro) de "padrinos" que les ayuden (económica y moralmente a través de contactos) para gozar de fama y popularidad.
Desgraciadamente muchos de esos "padrinos" están fuertemente vinculados con el crimen organizado y más concretamente con el narcotráfico. Como la guerra entres los Señores de la Droga está más álgida que nunca (por la incompetencia de Felipe Calderón y la corrupción imperante en nuestros distinguidos cuerpos de justicia) no es raro que cuando estos "artistas" entren en terrenos del enemigo sean asesinados sin piedad.
Lo más lamentable es que los medios de comunicación sigan haciéndose pen...tontos buscándole tres pies al gato, cuando saben de antemano que son asesinatos vinculados al crimen organizado. La saña con la que se cometen los crímenes no nos hablan de "simples matones". Nos hablan de individuos que saben bien lo que hacen y cómo lo hacen, con una organización impecable y con una sangre fría que Hitler y Stalin envidiarían.
Pero con una policía y unos medios de comunicación corrompidos hasta la médula de los huesos, la única explicación reside en que estos asesinatos son producto de "crímenes del corazón" o "venganzas pasionales". Así es como opera este país, donde a final de cuentas seguimos viviendo en el encanto de que "aquí no pasó nada".