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La feria llegó a la ciudad
Es inevitable. La feria llega a la ciudad y media ciudad se va para allá. De hecho las ferias tienen tres objetivos: que los niños vayan a los juegos mecánicos, que vayas a tragar como marrano y que vayas a embriagarte como cosaco. Éstos últimos dos puntos sobresalen. Vayamos por partes: la exposición ganadera, carnaval o la feria del estado ocurre una vez por año, y a veces hasta dos. En realidad son los mayores desplumaderos que puedan existir, salvo porque a veces hay cosas que quizás son invaluables (i.e. las artesanías) pero fuera de eso y bajo el pretexto de ir a ver una exhibición de vacas o un desfile de bailarinas exóticas y arlequines, la feria se convierte en un bacanal de bebida y comida. Eso en sí no es dañino. Para nada. Lo que si es repulsivo a la vista es el ridículo del panzón que va con su gorda (la cual se pone sus mejores garras y se va más pintada que un payaso de circo) y termina tambaleándose, vomitando en cualquier esquina. No es más irrisorio que irte con tus cuates y terminar todos borrachos, abrazados uno con otro para evitar caerse y pregonando a los cuatro vientos que son “los mejores compas del mundo”. En una feria una cerveza te la venden a precios elevados, no mamen, como si la hicieran en Alemania...!!! Hasta un méndigo Gansito te sale en tres pesos más que lo que cuestan en cualquier tienda. Pero es la feria, feria que a final de cuentas ni siquiera beneficia a los comerciantes que se ponen ahí, muchos de los cuales llevan una vida similar a los gitanos, no. Los beneficiados son los organizadores que muchas veces están entrelazados con el presidente municipal y que obtienen cuantiosas ganancias por las ventas de lugares, ventas que son rara vez reportadas ante la Santa Inquicisión, perdón, la Secretaría de Hacienda y que forman carteras gordas de políticos baratos.
En la feria encuentras “gatos de cinco patas”, jueguitos de canicas para estafar a los pendejos y más y más estafas. La mayor: el palenque. Bajo gritos de que vienen los artistas de moda, el palenque de la feria es un negociazo. ¿A quién puta madre le interesa que dos gallos se maten? No mamen. Ese es un pretexto para tomar y quedar bien con la chancluda para que esta vea al Alejandro Fernández y el resto de la semana cumpla en la cama. Y ni que decir del bingo, un verdadero robo en despoblado. La verdad es que la feria tiene su interés en que la mayor parte del año no sucede nada interesante y su sola presencia modifica en parte la monotonía de la vida de los lugareños. Total, si el resto del años chupamos en la clandestinidad, fuera de los ojos de los vecinos chismosos, aquí todo mundo le entra al alcohol. Lo malo viene cuando el “pelao” se nos queda viendo mal, y nosotros “bragaos” lo retamos, y déjate venir loco y mocos, y salen los madrazos y ¡chin!, ¡pun!, ¡cuaz! (como en la serie setentera de aquel Batman panzón protagonizada por el inocuo y pueril Adam West). Y pues a la fuerza el acero, y no falta el rufián que saca la fusca y se arma la balacera...total, que viene la policía con todo y sus rifles de alto poder a poner todo en orden. La feria, esa ramera que se aparece una o dos veces por año y que es un bálsamo a la vacuidad de lo cotidiano.
No sólo de TV vive el hombre
A lo largo de la vida de este blog me he cansado de tirarle mierda a la “caja idiota”. Por supuesto que sé que mis comentarios no tienen el más mínimo eco, al final de cuentas “cada pueblo tiene la televisión que se merece”. Y es que por mucho que uno no quisiera quejarse al estar en una ciudad cuyos canales son el local, los de Televisa y los de TV Azteca, no puede uno dejar de notar la nausebunda forma en que los productores tratan al espectador. Es como si creyeran que el televidente tiene el coeficiente intelectual de una lombriz de tierra. Para muestra un botón: mientras esperaba a salir en medio del calor infernal, observé un programa que se llamaba La Vida es una Canción la cual es una bofetada inmisericorde a la inteligencia humana, la trama para no ir más lejos era de un bato que se iba al otro lado y la pendeja novia que se quedaba esperándolo. La mamá de la morra le decía: “¿para qué esperas a ese, si después de todo es un mojado?” (SIC y recontra SIC); ahora resulta que ser “mojarra” es un pecado, ni hablar, ahí lo dejo a la imaginación. Pero lo más abominable es ver que un güerito argentino de ojos azules es un trabajador de limpia en la Ciudad de México lo que confirma que la TV es la fábrica de sueños (pero de sueños fabricados con hongos alucinógenos).
El caso es que ya basta de tirar mierda a la TV y concentrémonos en otras porquerías que para la mayor parte del público pasan desapercibidas. Hace poco recibí un correo donde se me invitaba a formar parte de un foro llamado Mala Leche, este blog en cuestión sirve para desfogar tus odios en contra de todo lo que no te parece. Es decir que si tu vecina vulgar, malhablada, con dos chamacos que gritan como esquizofrénicos y un perro que ladra todo el día ya te tienen hasta la madre, ahí puedes desquitarte sin recibir cachetadas guajoloteras de por medio. El chiste es que en ese blog, que por cierto no se sabe quién escribe y publican pocas cosas, me encontré dos críticas dirigidas al ámbito al que he pertenecido toda mi carrera: el periodismo. Uno de sus post iba dirigido al periódico Nuevo Excélsior y el otro es una abierta crítica al llamado periodismo de espectáculos, la reporterita.
No pude resistirme al llamado de las sirenas porque muchos de los argumentos ahí escritos tienen mucho de verdad. El periodismo en México tiene el inconveniente de que es mal pagado y con mucha chamba. Es decir, mientras que tú siendo periodista tienes que cubrir y hacer reportajes, notas y entrevistas en una semana, un gringuito del New York Times gana lo mismo que tú en un mes haciendo sólo un artículo. Basta ver la película Todos los Hombres del Presidente para darte cuenta que el par de huevones de Carl Bernstein y Bob Woodward se la pasaron de chismosos pegados a un telefóno hasta que cayó Richard Nixon en el famoso caso Watergate.En realidad ambos aprovecharon que Nixon, como todos los políticos, tenía enemigos y éstos se aprovecharon de sus contactos gubernamentales para hacerlo caer. En esa sola nota el par de huevones se llevaron un buen rato recibiendo a la par un salario más o menos aceptable, una sola historia, mientras que aquí en México tienes que hacer 5 en un mes mínimo.
Su suerte es que, como mencioné, Nixon cayó gracias a un informante llamado Garganta Profunda, llamado así no precisamente porque practicaba bien la felación, sino porque era la película de moda y pues no había de otra. Es algo parecido a lo que ha pasado aquí con los videoescándalos, las llamadas entre los hermanos Salinas de Gortari y un largo etcétera. Tú como periodista lo único que haces es llamar a los enemigos de los políticos, que no es nada raro que entre ratas se muerdan la cola, y ¡listo! Ahí tienes el chisme para la chusma. A veces hasta las grabaciones llegan solitas a la redacción de un periódico. Y pues bueno, políticos, empresarios, autoridades y ministros religiosos hacen de todo con tal de ganarse a los periodistas: regalitos, botellas, sobornos y un largo etcétera. Eso es medianamente conocido.
Lo que no se conoce es que la mayoría de noticias que leemos en los periódicos son ya fabricadas desde las oficinas de prensa del funcionario, la secretaría, la institución y/o las empresas. Sí. En efecto así funcionan las cosas pero voy a tratar de ser más claro citando lo que se denomina en el periodismo como fuente. Una fuente es un área donde llegan noticias que corresponden a cada sección del periódico y/o revista que lees: así hay fuente deportiva, de negocios o finanzas, sociales, espectáculos, política, información general, policiaca y misceláneas.
En espectáculos ya el link mencionado da un esbozo de lo que se trata. Un actor, actriz, cantante o hasta un Don Nadie (for example, Bobby Larios), puede llegar a ser más famoso que nuestro premio Nobel en química (1995, Mario Molina Henriquez, orgullosamente UNAM para aquellos que creen que la Máxima Casa de Estudios es un semillero de grillos), nada más por el simple hecho de acostarse con cuanta cubana buenota le pongan enfrente. Así se le pregunta a su ex amante (otra meretriz y trepadora cubana) su opinión y entre este triángulo amoroso forman una pelea digna de vecindario de tercer mundo, casi a nivel lumpen. Al pueblo panem et circenses dirían los romanos. Y esto sale en la primera plana de la sección de espectáculos.
Si ustedes piensan que las secciones culturales y de negocios son las más serias de un diario o revista se equivocan. En la primera lo único que sale son los eventos que va a haber en la ciudad, quizás por ahí alguna crítica a una obra (que al 90% de la gente no le interesa) y a veces de cine. Las recepciones para la presentación de un libro (que sólo va a leer el 1% de los mexicas) están acompañadas de vino blanco, canapés de salmón y la manga del muerto.
La segunda fuente es de risa. Las empresas dicen lo que quieren (ojo, nunca hablan de sus evasiones de impuestos), vamos que hasta el despido de gente lo pintan como si fuera maravilloso. Aquí en México las empresas subcontratan a unas so-called Agencias de Relaciones Públicas cuya función radica en no hacer nada y parar a costa de lo que sea a los curiosos periodistas que quieran saber más allá de “algo que olieron mal”. Estas agencias por lo regular están plagadas de fresitas cuya principal virtud es sonreír como estúpidas para calmar los ánimos ya sea del iracundo cliente que se queja de que en un periódico dicen que es un farsante o de un periodista que brama porque el neurótico del editor por querer anunciantes quiere escribir acerca de alguna empresa. Por cierto, las ejecutivas de relaciones públicas deben estar medianamente guapas o en su defecto ser sumisas a más no poder para tratar con las empresas. Todos sabemos que ante una mujer con cara de inocencia, y más si es guapa, hasta el más furioso calma su ira (a excepción, claro, de los violadores, pero hasta donde sé, ningún violador o maleante es ejecutivo de una empresa).
Así los mensajes que mandan las empresas a los medios son los siguientes:
1.- Somos una empresa muy chingona, nuestros productos son chipocludos y nuestra gente es lo máximo (prrrrrrrrrr...no sentirán vómito al decir esto último...???).
2.- Por supuesto que aceptamos a la competencia, de no hacerlo la falta de competencia genera incompetencia (yo estoy en este puesto de director general por la incompetencia de un Head Hunter).
3.- Invertimos en este país porque creemos en él (y porque sabemos que de cada dólar nos vamos a llevar 10, al final cerraremos despediremos gente y nos llevamos las ganancias, pinchis ilusos que siguen cambiando espejitos por oro).
4.- Invertimos en tecnología de punta y/o la ofrecemos (tecnología caduca en muchos casos y probada en otros países 5 ó 10 años atrás).
5.- Nos preocupa la ecología en México (por eso todos nuestros ejecutivos tienen Audi del año, para no contaminar, aunque se estén acabando los bosques en el país eso a nosotros nos vale madres).
6.- Tenemos el honor de presentarles a nuestro nuevo presidente en la región bananera de México, Centroamérica y el Caribe, el señor Charles Montgomery Burns...!!!
Más o menos así funciona el asunto.
Ahora bien, hay otras secciones de Turismo como las de publicaciones hechas para gente rica (a saber El Universal, Reforma, Mural, El Norte) en donde si eres un jodido que no gana más de 10 mil pesos al mes olvídate de viajar a los Alpes Suizos, de shopping a New York o Madrid. Y qué decir de sus secciones de “tecnología” donde ponen aparatejos que cuestan una lana, tocan MP3 y la chingada y un año después aparece otra chunche que hace eso 10 veces mejor. Como anécdota alguna vez escuché que en la sección de cultura del periódico Reforma mandaron a una chica a obtener información acerca de Ortega y Gasset y regresó rauda y veloz para anunciar a los cuatro vientos orgullosa de sí misma: “encontré información del señor Ortega pero del señor Gasset no la encuentro”. Y eso que el Reforma se precia de tener una sección de Recursos Humanos de altura. Entrar a ese periódico a trabajar y tener pinta de jodido no van de la mano; pero bueno, a quién le interesa si a la gran masa sólo le gustan las páginas de diarios populacheros como el Esto, Ovaciones, Metro y El Gráfico. En estos periódicos ponen a la típica morra en cueros para que los “pelaos” se hagan las ilusiones y porque no tienen para comprar el Playboy que es 10 veces más caro.
Pero, ¿qué hay del periódico de tu localidad? Sí, ese que lees para tener de que chismear en las tardes con el vecino o tu compadre que te va a preparar una carne asada el sábado. Pues nada. Sus titulares son:
1.- El Sr. Gobernador (pon aquí el nombre del gober precioso de tu Estado) supervisó las obras del tramo (pon la mejor calle de tu ciudad) y dijo que se verían beneficiadas “X” número de familias de la comunidad y se agilizaría el tránsito y la actividad ecónomica de la entidad. Una semana después una lluvia tapiza la citada avenida de baches y media ciudad se inunda debido al pésimo sistema de alcantarillado.
2.- Malos servicios en (puedes poner el nombre de cualquier institución de tu Estado).
3.- Accidente de tránsito debido a que unos batos locos iban bien borrachos deja tres heridos.
4.- El perro de Doña Cuca muerde a un fulano en la calle 3 del Infonavit.
5.- Gremio de taxistas se opone a que se otorguen más concesiones (hasta en los pueblos existen los monopolios).
Así es. Dicen que “la verdad os hará libres” (Juan 8:32 y sabrá Dios si la Biblia fue escrita por su mandato o por los hombres, yo creo que fue hecha por los hombres lo que levanta muchas suspicacias). Lo cierto es que la verdad siempre se oculta, y cada quien tiene su verdad. En pocas palabras, el periodismo apesta.
El calor
Quien viaje más allá de los estados del centro de nuestra República Bananera, mejor conocida como Estados Unidos Mexicanos, podrá percibir que sol es un producto que deberíamos exportar a raudales. El calor en casi todo el país es hostil, cagante, furioso, seco, húmedo si vives en las costas y abominable. Algún experto en temas de ciencia y tecnología me dijo alguna vez que el cerebro trabaja mejor a los 18 grados centigrados. Quién sabe si esto sea cierto. Pero lo que sí puedo asegurar es que aquél que vive en una zona donde el calor reina todo el año debe ser condecorado con la Cruz de Hierro y el Corazón Púrpura.
El calor simple y sencillamente es parte de lo mexicano. No obstante, los aztecas y otras tribus de Mesoamérica y hasta las tribus de Norteamérica le rendían tributo. Supongo que los cherookes, los olmecas, los navajos, los mayas y los apaches le decían en esos rituales al Astro Güero: “ya bájale de espuma a tu chocolate cabrón”.
En mi tierra teníamos un dicho, que ahí las nubes se salían a hacer pendejas. Y recuerdo bien mi adolescencia, porque de niño la verdad te vale madres si hace calor o no ya que como morrillo basta con que te comiences a aventar agua a lo cabrón con los otros mocosos para no sentirlo, cuando nos subíamos al techo de la casa a dormir porque el sol había dejado tan calientes los tabiques de la casa que prácticamente la convertía en un horno.
Acabo de estar en una ciudad cuyo nombre no mencionaré, so pena de hacerme acreedor por gente orgullosa de su terruño a una serie de mentadas de madre, pero esos 22 días fueron de infierno absoluto, metafórica y concretamente hablando. El calor forma parte de la vida diaria de ese pedazo de tierra. La gente prácticamente sale de noche, ya cuando el inclemente sol se apiada de los seres humanos y se mete. Recuerdo bien las escenas del súpermercado, donde las amas de casa se quedaban en la zona de lácteos y cárnicos con tal de recibir un poco la refrigeración que les permitiera cerrar los poros de sus manchadas caras. Algunas días llovió, pero eso no hizo más que apretar el calor y permitir que hordas de mosquitos, grillos y otros bichos salieran a despedazar lo que se les pusiera enfrente. Sí, habrá quien me diga que en esas ciudades han vencido al desierto o las costas, da lo mismo. Cosa similar hicieron los israelíes, los australianos y ahora hasta los chinos (sí, los chinitos andan construyendo mamada y media en la parte norte de su país donde hay desierto), pero lo que si puedo decir es que aguantar todos los días el calor está cabrón. Así que si algún día regreso a mi terruño lo primero que me voy a comprar no va a ser ni una TV, ni un DVD, ni computadora, ni ropa ni autmóvil sino un pinche cooler o un aire acondicionado.