domingo, agosto 14, 2005

El Pupas Club de fútbol


Este texto me lo encontré en Terra y dice mucho de uno de los clubs más atípicos en la historia del fútbol: el Atlético de Madrid...o como le apodaron de cariño: El Pupas...espero que lo disfruten tanto como yo...

El Atlético de Madrid cumple 100 años - 24-04-2003
Así se gestó la leyenda de ''El Pupas''
Muchos han sido los acontecimientos que a lo largo de las últimas décadas han llevado al Atlético de Madrid a recibir el apelativo de "El Pupas", el cual ha planeado sobre la hitoria de un club y una afición que siempre se ha debatido entre los éxitos y las desdichas.


Fue Vicente Calderón, tras perder con el Bayern Múnich una Copa de Europa que tenía en el bolsillo, el 15 mayo de 1974, cuando convirtió al Atlético en el "pupas". Y es que, hasta que el propio conjunto bávaro bebió de la misma pócima, en 1999 frente al Manchester, nunca una final había tenido un desenlace tan trágico, jamás se le había arrebatado a un equipo el trofeo de una forma tan cruel.

Entonces, frente a un conjunto que alineó a siete jugadores que, apenas dos meses después se proclamaron campeones del mundo con Alemania, el Atlético bordó un partido completo, se adelantó en un momento de la prórroga que parecía culminante, gracias a un gol de golpe franco lanzado por Luis Aragonés (m.113) y encajó el empate medio minuto antes de que concluyese el encuentro. El afortunado "zapatazo" desde 30 metros del defensa Georg Schwarzenbech marcó la historia de un equipo que, dos días después, sucumbió víctima de la pena y del desgaste físico. Fue el único partido de desempate de una competición que, después, encontró en la tanda de penaltis la mejor solución para designar el campeón.

Allí nació de forma oficial "El Pupas", pero ese "sentimiento trágico del fútbol", esa interpretación de su historia como de una tragedia griega, repleta de héroes que luchan contra su destino, está repleta de antecedentes. Porque la afición rojiblanca ya no se explicaba en abril de 1936 cómo se quedó sin ascender a Primera, cuando le bastaba un empate en su campo frente al Sevilla. El Atlético, que se vio sorprendido por el Sevilla desde el comienzo, perdía por 2-3 a falta de seis minutos, cuando el árbitro decretó un penalti. Chacho, el especialista del equipo, estrelló el balón en el poste.


O puede recordar lo que le ocurrió contra el Vojvodina yugoslavo treinta años después, cuando en otro partido de desempate de

El Atlético ha vivido trágicos momentos deportivos a lo largo de su historia

los octavos de final de la Copa de Europa, desaprovechó la ventaja de dos goles que había logrado en los cinco primeros minutos y terminó por perder 2-3. Para ser "El Pupas" no basta con tener mala suerte o con sufrir arbitrajes adversos, sino que previamente hay que ilusionar a la afición con gestas imposibles, para acto seguido deshinchar el globo de forma súbita.

Un Atlético de sube y bajo
Es por eso que el Atlético es capaz de descender, apenas cuatro temporadas después de lograr su único "doblete" o de ser eliminado de la Liga de Campeones por culpa de una lentilla. Fue en marzo de 1997, en los cuartos de final de la Liga de Campeones y frente al Ajax de Louis van Gaal, que un año antes se había proclamado campeón de Europa. El Atlético logró un valioso empate (1-1) en el Amsterdam Arena y atisbaba su pase a la semifinal en el Vicente Calderón, pero de nuevo se topó con un destino fatal. Se adelantó con un gol de Kiko, en el minuto 28, y cuando tenía controlado el juego del Ajax, una jugada de infortunio le terminó por desestabilizar.


Aguilera se retiró a la banda porque había perdido una lentilla y su hueco en la banda lo aprovechó Litmanen para dar el pase del gol del

El Ajax dejó al Atlético fuera de la Champions tras empatar a causa de que Aguilera se ausenata tras perder una lentilla

empate a Ronald de Boer. El Atlético aún pudo remontar la eliminatoria, si Esnáider hubiese marcado el penalti del que dispuso en el minuto 75. Sin embargo, falló y su error arrastró a un equipo que ya estuvo a merced del rival (2-3). Aquella Copa de Europa se la adjudicó el Borussia Dortmund de Ottmar Hitzfeld, un equipo que en la fase de grupos había quedado por detrás del Atlético de Madrid.


Tampoco habrá muchos clubes en el mundo que hayan visto asaltadas sus instalaciones por los Grupos Especiales de Operaciones (GEOS), que hayan sufrido una intervención judicial, que se haya encontrado con su presidente entre rejas y que, como consecuencia de todo ello y de una nefasta trayectoria deportiva, haya concluido en la Segunda división de la forma más triste posible, después de que su mejor delantero fallase un penalti. Porque en la temporada 99-2000, el holandés Hasselbaink era el mejor artillero y, sin embargo, no supo cómo batir al meta Esteban y culminar una remontada que le había llevado al Atlético a igualar dos goles de desventaja. Falló el holandés y el conjunto rojiblanco se precipitó al infierno, con el mismo entrenador que le había dado la gloria cuatro años antes, un Radomir Antic que esa misma temporada había declarado "jamás vi un equipo con tan mala suerte".


Con tan poca fortuna que, un año después, llenó dos estadios de lágrimas, las que vertió una afición capaz de llenar el Alfonso Pérez de Getafe y el estadio de Butarque, en Leganés, convencidos de que el Atlético completaría la gesta que le llevó desde el fondo de la tabla hasta acariciar el ascenso. Al equipo que dirigía Carlos García Cantarero le bastaba con vencer a un "amigable" Getafe y que el Betis no ganase en Jaén o que el Tenerife no sumase los tres puntos en Leganés. Durante 75 minutos, la afición rojiblanca se sintió de vuelta a Primera, pero marcó el Tenerife y ya no hubo consuelo posible. La victoria más triste e inútil se concretó en Getafe (1-0), hasta donde llegó incluso el rumor de que el Leganés había logrado el empate frente al Tenerife en el penúltimo minuto. No era así, sino que el larguero había repelido un balón que miles de gargantas cantaron como gol de forma anticipada. El ascenso quedó aplazado otra temporada tan sólo por tener peor diferencia de goles que el Tenerife. Así es el Atlético, capaz de alcanzar la cumbre y de rodar por el barranco instantes después. Un club distinto, que cumple cien años orgulloso de su historia, respaldado por una afición que ha hecho del sufrimiento una virtud.