viernes, marzo 24, 2006

Amor funerario

Justo ayer que iba rumbo a la estación del metro General Anaya por Tlalpán (porque un policía feo y panzón y supongo que carente de intelecto me señaló que la forma más rápida de llegar al metro Taxqueña era por un puente peatonal, que a final de cuentas no tenía salida sino a la misma calzada de Tlalpan-bueno, después de esta mini-guía roji, explico porque ya divagué), me encontré ya a altas horas de la noche con una pareja de adolescentes sentados en una mini-jardinera expresándose amor eterno...

Esto no tendría nada fuera de lo común ya que como todos los que vivimos en esta ciudad sabemos, la Calzada de Tlalpan es como una especie de metáfora del amor...no hay más que ver la cantidad de hoteles que hay y de las múltiples escapadas que se dan en estos inmuebles los chilangos en fin de quincena para saciar sus más bajos instintos (los que no están casados y esto incluye una tropa infinita de: novios, amantes, infieles, oficinistas y etc.)...aparte de que a todas horas la arteria vial tiene en el tramo que va del norte al sur de la ciudad por un lado un sinfín de prostitutas y trasvestis para todos los gustos...esto lo ve uno claramente al ir alternando el clutch con el acelerador pasando por esa calle o viajando en la panorámica Línea 2 del metro, que en toda esa avenida no corre de forma subterránea...así pues, Tlalpan sería como la Calle del Amor de esta urbe por todas las explicaciones anteriormente expuestas...

Pero ya dejándonos de mamadas y otra vez pidiendo disculpas a mis "0" lectores de este bienamado blog por tanta divagación mafufa, iba caminando a altas horas de la noche por la citada avenida y como estaba más oscura que la cueva de un cavernícola antes de que el hombre inventara el fuego, vi a esta pareja de tórtolos profesándose amor...él y ella se miraban fijamente, con esa ternura que inspira el amor adolescente...hasta ahí todo iba bien, pero la pareja estaba iluminada por las luces que emanaban de una funeraria abierta a esas horas...sí, en efecto, todos sabemos que la Calaca (la muerte, pues) es una adicta al trabajo y labora las 24 horas los 365 días del año...en la funeraria no había nadie así que supuse que quizás el muchacho trabajaba ahí (ya ven que cuando uno camina va pensando en mil y una tonterías)...y como un negocio de éstos no es un estanquillo o una tienda de abarrotes donde a cada rato entran por leche, huevos y velas y pueden interrumpir la conversación de dos enamorados, tal vez por ello la chica y el muchacho le dan vuelo a la hilacha aprovechando la poca clientela que tienen...digo, suponemos que hay gente que pierde la vida, sin embargo hay muchas funerarias que se reparten el negocio...de esta forma creo que el título de esta sarta de tonterías que acabo de escribir le queda a la perfección a lo que mis ojos vieron ayer en la noche, un tanto cansados y observando las luces borrosas de la ciudad (la cafeína si que hace milagros, pero también destroza el estómago)...

Bomberito Juárez

Y en México nos tuvimos que tragar a fuerzas las celebraciones por el Bicentenario del Benemérito de las Américas, que pues nada más sirve para que la bola de burócratas huevones descansen y los políticos nos sigan viendo la cara con aquello de los "ideales juaristas" que para esta época valen para dos cosas: pa´naaa y pa´naaa...

Tempranito

Hay un programa de variedades que pasa por TV Azteca las mañanas de sábado y domingo que a la sazón se llama: Tempranito...la verdad es que se me hace una guarrada, algo de lo más naco que puede haber pero las mujeres que salen ahí si que valen la pena tragarse tanta babosada: Anette Michel (bombón tapatío), Aylín Mujica (cubanota, wow) y Fran no sé qué (de Veracruz para más señas)...el chiste es que casi casi salen en cueros, semi-desnudas y esto es un halago...y pensar que TV Azteca siempre da alguna noticia sobre el Vaticano y sus dueños más mochos que el PAN...hágame asté el perruno favor...

lunes, marzo 20, 2006

Espera...

Entre el terror y la muerte que dejó la Segunda Guerra Mundial aún así se podían encontrar fragmentos de esperanza como este poema que servía de incentivo a todos los soldados rusos en el frente oriental y que bien puede hacernos reflexionar a todos nosotros en la vacuidad del día a día:

Espérame y volveré,
Espera, espera.
Aunque las lluvias amarillas, infundan tristeza, espera.
Espera aunque la nieve caiga y vuelva a caer,
espera aunque el calor te sofoque,
espera aunque otros, olvidados de ayer, no esperen.
Aunque no lleguen cartas del frente distante, espera.

Espera aunque todos los que esperaban, se hayan cansado de esperar.
Espérame y volveré,
No hagas caso, de quienes insisten,
en que es hora de olvidar.
Que madre e hijo crean que ya no existo,
que los amigos se cansen de esperar,
que se sienten junto al fuego,
que beban vino amargo a la salud de mí alma...
Espera. Y no te precipites a beber con ellos.

Espérame y volveré,
a pesar de todas las muertes,
el que no me esperaba
que diga: tuvo suerte.

Aquellos que no supieron esperar, no podrán comprender
que en medio del fuego
tú fuiste quien me salvó
esperándome.

¿Cómo salí con vida?
sólo tú y yo lo sabremos,
simplemente porque tú supiste esperar
como nadie en el mundo.

Konstantin Simonov (1915-1979)
Poeta de la Gran Guerra Patriótica (1941-1945)