jueves, marzo 08, 2007

¿Valentía o publicidad?

¿Así o más "loca"?

Antes de comenzar estas líneas quisiera enfatizar un punto: este humilde blog no tiene nada en contra de los homosexuales; para mí cada quien puede hacer con su vida (y con sus nalgas) lo que le venga en gana...menciono esto porque la semana pasada una noticia cimbró a las buenas conciencias y fue la nota más leída en los periódicos nacionales en Internet: que uno de los miembros del grupete de plástico llamado RBD se declaraba homosexual y que salía del clóset; muchas de sus seguidoras inmediatamente y por lo que leí en el Blogalaxia se volcaron en apoyo hacía su ídolo de barro manifestando que era un acto de valentía...valentía...aquí me vienen preguntas a la mente: ¿soy valiente si digo que soy musulmán en un país y una región predominantemente católica?, no lo creo...¿es un acto de valentía reconocer que soy maníaco-depresivo?...tampoco lo creo...¿soy valiente si acepto que leía las Aventuras de Capulinita cuando tenía 12 años?...nope...


Sucede que las mentes de Televisa que están en todo (parece como si leyeran la mente de toda la población para darles lo que quieren) se les ocurrió que sería un "punch" mediático si uno de sus miembros se salía por la tangente de lo "normal" para exhibir sus preferencias sexuales y, de esta forma, llamar la atención a un mercado que ya tienen totalmente cautivo y más que asegurado...júrenlo que la generación de mozalbetes seguidores de este grupo será una de las más consumistas de las últimas décadas y esto ya es decir mucho...

Que sea un acto de valentía como lo quieren hacer ver los fans y los hombres que mueven las relaciones públicas del grupete quizás sea verdad en virtud que este país, y América Latina en general, es una región homofóbica a más no poder...no existe palabra más ofensiva para un hombre que llamarle puto, joto, maricón, mariquita sin calzones, puñal y otros sinónimos de la palabra homosexual...porque gay lo usamos de forma hipócrita y hasta diplomática para referirnos a ese grupo con preferencias sexuales diferentes, pero la gran mayoría de machos nombran al homosexual con las formas antes mencionadas...

Como leí en otro blog, cuya dirección no recuerdo, aquí lo que se reprueba es por qué no se hizo antes y por qué muchos no declaran abiertamente su homosexualidad como en su momento lo han hecho en otros países Elton John,
Ellen DeGeneres y muchos más. La respuesta es sencilla: perderían publicidad, fans y, lo más importante de todo en esta cochina sociedad materialista, dinero...a muchos de ellos se les ve como modelos de "hombría", "decencia", "estilo" y "clase"...¿no sería hora de que muchos de ellos salieran del clóset?...

Para finalizar pongo aquí un listado de algunas personas que, de acuerdo a mis agentes secretos han escuchado de oídas que son gays y que ya debería ser hora de que salieran del clóset:

- Juan Gabriel (mta, creo que éste desde hace como 30 años sabemos todos para donde se inclina).

- Javier Alatorre (esta noche en DES-HECHOS...!!!) y su novio, un argentino que conduce por las mañanas un programa para mujeres fodongas al lado de Ingrid Coronado.

- Sergio Basañez (una verdadera "loca").

- Juán José Origel, Fabiruchis y casi todos los conductores de programas de chismes de la farándula.




- Ricky Martin (de quien se rumora es "bicicleto" -bisexual-).

- Silvia Navarro (se dice que es lesbiana).

- Daniel Bisogno (me cae bien el wey y se agarra cada bombón de novia, pero también se menciona que le gusta que le den).





- Las cabronas que conducían las "Hijas de la Madre Tierra" (y que muchos de mente cochambrosa quieren ver en una película lésbica).

En fin...la lista es larga y seguro que muchos de ustedes queridos lectores saben también quien tiene bien escondidas sus preferencias sexuales...esperemos que sean "valientes" estas personas y los veamos en las fotos de las marchas por el orgullo gay...

miércoles, marzo 07, 2007

Diputado


Que todos los diputados fueran así...jajaja...

10 mil visitas en 6 meses....!

Me la bañé raza...!!!

No me había dado cuenta de mi contador pero ya pasaron de las 10 mil visitas en menos de 6 meses (creo que lo instalé a finales de octubre del 2006), ¡shintuelas!...¿qué hubiera pasado si lo instalo desde que inició este pinchi blog?

Preguntas de la dimensión desconocida...

______________________________________________________________

Post Scriptum: Tributo a Don Gato


Fuente: Letras Libres


Joseph Barbera y el legado de Don Gato

por Naief Yehya

No me avergüenza reconocer que crecí en el error.
Durante toda mi infancia pensé que Hanna Barbera era una abuela bonachona que se encargaba de coordinar el entretenimiento de los niños del planeta, la imaginaba como una especie de Tío Gamboín anglosajona y trasnacional, capaz de invocar a Scooby Doo, a los Supersónicos y al Oso Yogui con presionar un botón. Fue un descalabro emocional descubrir que la primera dama de las caricaturas no existía y que su nombre estaba en realidad compuesto de los apellidos de William Hanna y Joseph Barbera, dos guionistas y animadores que en 1957 formaron la compañía productora Hanna-Barbera.
El pasado 18 de diciembre murió, a los 95 años, Joe Barbera, la parte que sobrevivía de este longevo dúo –Bill Hanna falleció en 2001. Estos prolíficos artistas y empresarios saltaron a la fama cuando lanzaron una caricatura de fórmula y extremadamente simple: la lucha entre un astuto ratón sin nombre y Jasper, un gato malhumorado y torpe. Esta primera colaboración fue la exitosa caricatura Puss Gets the Boot, realizada para los estudios mgm en 1940. El debut de estos personajes dio comienzo a una serie que duró diecisiete años y les hizo ganar su primero de siete Oscars. A partir de su siguiente corto, The Midnight Snack (1941) el gato fue rebautizado Tom y el ratón Jerry.
Hanna y Barbera comenzaron haciendo cortos de animación de seis minutos para ser exhibidos en cines pero tienen el mérito y la responsabilidad de haber llevado caricaturas al horario de máxima audiencia de la televisión y de haber mantenido ahí por años a una serie de programas de media hora. A lo largo de seis décadas Hanna y Barbera hicieron alrededor de trescientas series televisivas, adaptaron cómics y produjeron películas con actores. Pero si algo es relevante es que estos ambiciosos productores establecieron a partir de mediados de los años sesenta un semimonopolio televisivo sobre la oferta infantil, lo que equivalía a un prodigioso foro de indoctrinamiento en materia de valores, humor y sentimientos. Semejante poder daba un nuevo sentido a la palabra programación.
El show del perro Huckleberry (1958) fue la primera caricatura que se estrenó en la pantalla casera. Le siguió el oso Yogui y más tarde, en 1960, llegaron los inefables Picapiedra, donde la prehistoria era convertida en idílico suburbio clasemediero. En cada episodio de esta comedia de situaciones inspirada en la serie The Honeymooners, de Jackie Gleason, el atolondrado patriarca se embarca en empresas y aventuras condenadas al fracaso. Pedro Picapiedra (el Homer Simpson de las cavernas) es el amoroso cretino, hedonista, glotón y holgazán con que el estadounidense medio (y por extensión el televidente planetario) debía identificarse. El sueño americano era transplantado al tiempo de las cavernas con todo y enseres domésticos operados por infelices mamíferos minúsculos, humillados dinosaurios caseros y autos de propulsión pedestre.
El contrapunto de este mundo de conformismo compulsivo y mediocre complacencia apareció en la forma de Don Gato y su pandilla (Top Cat), una serie de culto incomparable que debutó el 27 de septiembre de 1961. Don Gato era un bon vivant y capo mafioso de poca monta que vivía en un basurero y comandaba a una banda de cinco amables gatos rufianes: el apacible y dócil Cerebro, el jazzista aficionado Espanto, el donjuanesco Demóstenes, Cucho el mensajero y el indispensable Benito Bodoque, genial estratega, habilidoso armoniquista y fanático del pastrami. Aquí el personaje del título y sus cómplices enfrentaban al oficial Matute (Officer Dibble, en el inglés original), un policía incompetente que luchaba por expulsar a la pandilla del callejón que ocupaban en el distrito 13o de Manhattan.
Don Gato, ese digno heredero del Gato Félix, nunca tuvo en Estados Unidos el éxito de Yogui, Tom y Jerry o incluso Scooby Doo. En cambio en México, probablemente por su carácter ludicocínico, su naturaleza criminal y barriobajera, la caricatura tocó alguna cuerda sensible del público nacional y fue un triunfo gigantesco. El programa duró solamente un año, en el que se produjeron treinta emblemáticos episodios de aventuras de esta banda de beatniks felinos antropomórficos, románticos y transgresores. Quienes en esa década apenas comenzábamos a adherirnos a la televisión y descubríamos en ella a la nana perfecta, teníamos en Don Gato a nuestro propio Michael Corleone, un espíritu irreverente, carismático y provocador en permanente conflicto con la ley.




Actualmente con canales de cable consagrados a los niños y a los nostálgicos de las caricaturas, los episodios de Don Gato se repiten sin cesar, día y noche, en un carrusel enfebrecido de melancolía sin afecto ni evocación de un pasado atemporal, “deslocalizado” (por usar el brutal neologismo globalizado) de la realidad contextual. Imagino que ahora debe de ser muy difícil apreciar la riqueza en absurdo y disidencia de esta serie entre la delirante, caótica y sobreestimulante cacofonía que caracteriza el entretenimiento infantil de este siglo. No obstante, es imposible imaginar la existencia de series como Los Simpson o South Park de no ser por el legado de Don Gato. ~

martes, marzo 06, 2007

Dos dictadores







Me encontré estas imágenes que están bien curas...disfrútenlas...