sábado, diciembre 24, 2005

Tú: entre mis sueños y mis deseos

I

La sangre asemeja lava hirviendo,
Mi corazón late con la velocidad de los engranes de una maquinaria,
He visto a la mujer, a la creación de Dios,
Al verdadero significado de esta vida...ahí se encuentra...

Porque una mujer, despojándose de sus vestidos,
Exhibiendo su piel, sin ataduras de ningún estilo,
Es lo mejor, lo más exacto que la naturaleza pudo haber dado...

Y esa mujer, única,
Se expresa vigorosamente por medio de su ser,
Y yo me embriago con su sudor,
Jugueteando con sus senos,
Con la palidez de su muslos,
Con el jugo que sale de sus labios

Y mi sangre comienza a hervir,
Hierve más a cada minuto que pasa,
A cada segundo, suspiro,
El aire no me alcanza,
Se me agota...

Porque ese es el cielo,
El único privilegio que le arranco a la existencia,
Y vuelvo a buscar sus labios,
Y ella cierra los ojos, se muerde sus labios inferiores,
Y yo trato de explorar su selva húmeda, que me invita,
Y me perderé ahí, por siempre...para siempre...

II

Señora mía, goza usted esclavizándome,
Teniéndome como su juguete,
Un juguete erótico, un juguete que quiere pertenecerle a usted
Para toda la vida...siga castigándome,
Siga envaneciéndose, orgullosa, altiva,
Que no sabe usted, que en el fondo es una niña
Deseosa de jugar al amor, de rasgar nuestras ropas,
Una a una
Hasta quedar hechos una amalgama de fuego hirviendo...
Esa pasión es la que me ha hecho sentir, por muchas horas...

III

Quiero expresarte hoy, este día, ahora mismo,
Un sueño eléctrico que viene desde las más profundas células
Que pertenecen a todo mi cuerpo,
Es como una especie de impulso,
Que me orilla a atenazar con mis brazos,
Tu pequeña cintura,
Un juego de acercamientos,
Tus senos rozan mis brazos,
Y ambos queremos gozar el uno del otro...
¿Superará nuestra pasión el calor del centro de la Tierra?
No lo creo, es más potente aún, es la pasión,
Desde que te observé, nos observamos,
Acariciaste tu cabello, con las yemas de tus dedos,
Invitándome, sugiriéndome, lanzando tus esporas
Que llegaron hasta mi corazón
Y ahí se quedaron

IV

Y te amo,
No sé cuál es la distancia que nos separa,
Pero estoy seguro que la pasión no tiene fronteras,
Que puede derretir los hielos de Siberia,
Puede alcanzarnos en París, en Macedonia,
O en los llanos de Jalisco, hasta en la virulenta y apocalíptica, México...
¿Mi poesía es basura?, sí...quizás, no lo sé...lo único que sé,
Es que esté fuego interno no puede, no tiene que ser apagado,
Porque si el hielo llegará a mi corazón,
Ese día dejaré de ser humano

V

Deseo verte a mi lado,
Deseo observarte complacida, con esa mirada
Tierna, amorosa, niña durmiente,
Mujer satisfecha
Quiero que el fuego que ambos tenemos
Se convierta en un mar candente,
De abrazos, besos prolongados,
Interminables gemidos,
Suspiros alargados...eso es todo lo que quiero...
Podré entonces mencionar, gritar, que la vida
Empieza contigo, termina contigo y sigue contigo...

VI

Mi musa escapa, se mueve,
Está en todos lados y en ninguno a la vez,
Aparece, desaparece,
Es altiva...es humilde,
Está ausente y presente...quizás no existe,
Quizás sí....
¿Importa si es o no es?
Se quita sus prendas, las tira en el suelo,
Se acerca a mi...es la hora...
Muchas horas...termina el encanto...
Sólo ahí se acaba el mito de ser mortales,
En esos momentos somos inmortales,
Alcanzamos las pléyades, el infinito,
La pasión carnal, el pecado en su máxima expresión,


VII

Quiero besarte,
Quiero acercarme, quiero tocarte,
Quiero que con dos dedos me selles los labios,
Me digas: es todo, es el inicio...y es el final...
Descubrir y perderme en tus senos,
Rozándolos con cariño....oyéndote suspirar
Una y otra vez...
Y quedar los dos exhaustos,
Satisfechos y cerrando los ojos...
Esperando que sea eterno...