viernes, marzo 30, 2007

Desempleo

Alguna vez una amiga me decía que para una mujer un hecho muy doloroso es perder a su pareja mientras que para el hombre el hecho más doloroso era perder un empleo...sin encerrarnos en pláticas complejas la frase tiene algo de razón...

Una vez que dejas tu empleo (ya sea que hayas renunciado o te haya dando un puntapié en salva sea la parte), dejar un empleo en el que ya tienes cierto tiempo es peor que una diarrea en ayunas...es como si alguien te atravesara el corazón, lo arrancara y lo despedazara en el suelo a plena vista tuya...sientes que se va una parte de ti que ya no volverá...pierdes una parte de tu existencia...y te vas mentando madres...más aún cuando sabes que no eres el empleado chambón y lamesuelas y que te has partido el alma con tal de tener una forma honesta de vivir...

Los primeros días decides tomártela campechanamente...pero si estás casado y tienes obligaciones inmediatamente entra el pánico: ¿qué hacer, a dónde ir, me ayudarán los "amigos"?...en caso de que tengas ahorro y finiquito este se irá desvaneciendo como arena entre las manos...y si para cuando termina el mes no hay nada claro la pareja comienza a desesperarse...más de un matrimonio ha sufrido la separación por problemas económicos...bien dicen que "cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana"...

Cuando eres soltero las cosas son un poco más sencillas, pero no por ello desagradables...las deudas comienzan a aparecer...el corte de servicios como celular, teléfono y otros se atoran como gaznate en la garganta...

En esta situación el primer mes la tomas diplomáticamente...vas a pasear, haces algunas compras y convives con parientes y amigos a los que no has visto en mucho tiempo...no faltan los reproches que te hacen ver como un desinteresado, pero finalmente los calmas invitando la cena o el alcohol...pero cuando llega el tercer mes y no hay llamadas salvadoras que te digan de una oportunidad en tal o cual empresa te viene una especia de trance...las horas pasan, los días pasan y es como una lucha agotadora contra un fantasma que está ahí...que sabes que está pero es una presencia omnipresente..agotadora: el desempleo...

¿A quién culpar? A la economía...al presidente...a los políticos...a tí mismo...

Es cuando un tercero, generalmente un pendejo que no sabe de la situación, con una frase hiriente te saca la casta...y decides ir a la calle...a hacer llamadas desesperadas...y una y otra vez la respuestas son evasivas....esa maldita costumbre que tenemos los mexicanos de no hablar con franqueza...nadie te dice que no eres apto, simple y sencillamente te dan largas...y a esperar, esperar y esperar...

De repente, cuando crees que ya todo acabó...viene un golpe de suerte...ese que tan ansiosamente esperabas los primeros meses o semanas...generalmente tarda en llegar pero llega y es cuando hay que empezar de nuevo...

Algunas veces pienso que este tipo de pruebas te vuelven más fuerte y que si son aplicadas a otros menos competentes, el día que les toca sufrir a éstos, ese día se colapsan y no saben qué hacer...escribo esto porque me acordé de los días del año pasado en que estuve desempleado y que no pude desahogarme como yo quería...porque hasta eso, tal parece que si un desempleado se desahoga es como si cometiera un pecado...

En la actualidad estar desempleado es como si uno estuviera leproso...lo malo es que es un ejército cada vez mayor de "leprosos" los que marchan a través de las calles buscando un modo honesto de vivir mientras otros se hacen millonarios vendiendo droga...haciendo política...robando al prójimo...asaltando casas y automóviles...

Y luego dicen que este sistema no es injusto...