Una anécdota que siempre le sucede a la gente es cuando tienen una presentación importante frente a un gran público...el micrófono suena como si lo estuvieran ahorcando, el sonido se va, los meseros no han acabado de poner las mesas, llegaron todos los invitados que no se creía iban a llegar y justo ese día el ponente amanece con una tos de perro bailarín...en fin...la Ley de Murphy ahí está y convivimos con ella todos los días...
Viene esto a colación porque este es uno de esos lunes en que uno hubiera preferido prolongar el festival chelero del domingo y no presentarse a trabajar...me levanté temprano y como no había sacado dinero del cajero automático el día anterior me dirigí a las máquinas bancarias para hacer un retiro...mala decisión...unos malandros (no encuentro otro término más decente) habían hecho de las suyas y los cajeros quedaron inservibles...tuve que trasladarme hasta otro punto a retirar dinero a las 8 de la mañana quedándome una hora exacta para llegar...el metro...ufff, llenísimo...no sé porque a los conductores se les ocurre jugar al "tráfico aéreo" entre las 7 y las 10 de la mañana...total que llego tarde pero para mi fortuna todo mundo llegó igual...
Otra de las típicas de la Ley de Murphy es cuando planeas todo con un/una chavo/chava que te late y de repente te comen el mandado, ya tiene novio/novia o de entre un millón de mujeres/hombres escoges al (a la) que menos tiene compatibilidad contigo...
Se me ocurre pensar que al tal Murphy lo debieran haber colgado de los tanates por aguafiestas...
He decidido...
...no proclamar mi amor a los cuatro vientos, so pena de provocar una desestabilización mayor a la que tuvimos con el Error de Diciembre de 1994 gracias a Zedillo, Salinas y Co.
La bella de hoy es...
...sorry...no me sé su nombre pero está bien chula...
