sábado, noviembre 18, 2006

Hugo Sánchez

En estos días la noticia que más llamó la atención dentro de los medios deportivos nacionales fue el nombramiento de Hugo Sánchez como nuevo director técnico de la Selección Mexicana de Fútbol. Antes que nada soy una de las personas que admira a Hugo por todo lo que hizo en España en los años ochenta y principios de los noventa. Todavía recuerdo que en los 90 leí una columna del desaparecido periodista Roberto Blanco Moheno en donde mencionaba que había asistido a un juego del Atlético de Madrid y que medio estadio le chiflaba a Hugo Sánchez gritándole: "Indio, indio, regrésate a tocar mariachis...!" Se debieron haber necesitado muchas agallas para salir adelante y ser el máximo goleador de Europa y todavía más para hacer frente a gritos racistas (y habrá que ver que los europeos no son racistas, si no que le pregunten a los jugadores de raza negra que siente cuando el público en los estadios les chilla como si fueran monos).
Hugo logró todo en el deporte más popular de nuestro país. Goleador, campeón con su equipo en una de las ligas más competitivas del mundo quizás lo único que se le negó fue la Copa Europea de Campeones de Liga (actual Champions League). Poco después ya como entrenador hizo Bicampeón a mis Pumas en el todavía romántico año del 2004.

Después de su nombramiento me sorprende que muchos mexicanos le sigan tirando. Es decir, Lavolpe hizo la Selección como sus calzones y nadie fue para encararlo y decirle que le bajara de espuma a su chocolate.


Pienso que en esas críticas hacía un mexicano todavía no logramos quitarnos ese estúpido atavismo de tenerle envidia al compatriota triunfador, el mexicano acomplejado que no puede soportar que alguien diga "voy a ser el mejor" y existan personas que al ver que una persona se esfuerza por salir del agujero de la mediocridad se le ponen una y mil pruebas para que este mexicano no triunfe. Y no hay que ser genio para saberlo ni haber leído y releído El Laberinto de la Soledad de Octavio Paz para darnos cuenta que todavía entre la gran masa de mexicanos hay ensoterrada mucha inseguridad y envidia.

Alguna vez conocí a Hugo y es una persona que no necesita gritar para darse a notar. De hecho tiene un tono de voz similar al mío, habla bajo pero firme, no tiene que proyectar seguridad porque para él la seguridad se basa en los resultados no en ser un payaso gritón y tener que estar de simpático con todo el mundo. Cierta ocasión el Dr. Octavio Rivas, que fue uno de los pioneros en sicología del deporte me decía que si Hugo hubiera nacido en Argentina sería hasta venerado. Pero para su desgracia, nació en México: el país que premia al agachón, al lamebotas, al burócrata no al soñador, al artista, al creativo.



Somos un país tan absurdamente surrealista que Lorena Ochoa, una de las mejores golfistas en la actualidad, no despierta el menor interés ante las masas. Pregunten ustedes a un promedio de 100 mexicanos de todas las clases sociales qué prefieren: ir a ver un espectáculo tan chabacano y vulgar como la lucha libre o un juego de Lorena Ochoa y estoy seguro que un 80 por ciento preferirá ver a unos monigotes saltando como orangutanes en un cuadrilatero. Y eso que en lo personal, ni por asomo me gusta el golf, al que considero un deporte muy elitista. Pero el hecho que la chica esté logrando tanto, ya es motivo de reconocimiento, aunque sea mínimo.


Aún cuando Pumas fue Bicampeón hubo aficionados del equipo que cuestionaban a Hugo Sánchez, que si era Televisa, que si respondía a intereses...sinceramente a uno si le dije: ¡Me vale si está del lado de quién sea!, ¡ha dado más títulos en menor tiempo que otros cabrones! Esa actitud si que me sorprendía. Por ejemplo, si ves que tu empresa está quebrando y de repente llega un vendedor a comenzar a captar capital y suben los bonos de tu empresa, ¿vas a correrlo nada más porque le cae gordo a un 10 por ciento de la misma compañía?
Se le podrá criticar todo a Hugo, pero de que es un ganador y de que aprendió mucho en los últimos dos años (ir de la gloria al infierno) eso nadie lo podrá negar...que no podrá saber de táctica, ¡carajo!, para eso está el trabajo en equipo, que si es un pedante, un soberbio y un engreído, ¡coño!, no me interesa mientras dé resultados...no hay que ser monedita de oro para caerles bien a todos...si fracasa, pues que fracase...el mundo no se va a acabar, seguirá igual...



Por supuesto, las cosas que sean cuestionables se le cuestionarán porque, al menos eso aprendimos en las elecciones pasadas, ya no somos el mismo pueblo borrego que el PRI maniató en 70 años...quiero pensar que en algo hemos evolucionado en los últimos años...quiero pensar que un día el 20% de los jóvenes verán RBD, otro 20% estará en debates de cultura, política y artes, otro 20% haciendo deportes, otro 20% haciendo experimentos científicos y el restante 20 tratando de tener una mentalidad emprendora y no que el 80% de nuestra juventud esté embobada viendo RBD, el otro 10% haciendo deporte, estudiando, emprendiendo y el 10% en la delincuencia, como sucede en la actualidad...

Es por ello que me alegra que Hugo esté en la Selección y que muchos niños y jóvenes sigan su ejemplo de caerse y levantarse, y sé permee ese espíritu ganador a las nuevas generaciones...