domingo, diciembre 11, 2005

Y viene el invierno...

Y tú una vez más no estarás,
y mi cama yacerá fría,
sin tus labios, sin tus caricias,
sin sentir el calor de tus senos derretirse en mi ser.

Yacerá mi corazón en el frío invierno,
y no podré saborear con mi lengua,
la dulzura de tu piel,
las entrañas de tu femineidad.

No abrá fuego que me caliente,
llama que me excite,
pasión que se extienda...

Porque tú...una vez más,
no estarás ahí...
el invierno finalmente llegó a mi corazón...

La Navidad sin ti

La Navidad sin ti, sin tu belleza, sin tus adorables ojos, tus labios y tu cuerpo
Va a ser un verdadero infierno para mi,
Sin la miel de tus labios, sin la ternura de tus ojos, sin poder mirar hacia debajo de tu cuello.

Sin poder abrazarte...fría la noche...fría la pantalla de la computadora...
Frías mis piernas y mi corazón muerto...y que quisiera que estos míseros cables, esta pantalla la computadora y las líneas telefónicas me traigan a la mujer que está despertando en ti,
Así como tú quieres y deseas cobijarte bajo mis brazos y mis caricias...

Y si se puede llegar en estos medios tan fríos a sentir un amor tan inspirador, que derrama humedad en nuestras partes más íntimas...que será del día en que nos encontremos y que la mujer a la que llamo amiga se desespere por encontrar mis labios y lo más profundo de mi ser...
La Navidad pasará...pero el Año Nuevo tenderá el amor por venir.

Mujer, tú mujer

Frío siento todas estas largas noches invernales,
Y mis sueños están centrados en una mujer de belleza inigualable,
Mujer, tú mujer, la única con la que puedo formar un fuego pasional,
Que puede quemar y destruir egos, pero que puede explotar bajo un volcán de pasión.

Y yo me moveré hasta donde tú estés,
En el momento y el lugar adecuados,
Para rozar la miel que sale de tus labios
Y el licor del éxtasis que brota por debajo de tu bellísimo ombligo,
Ese que deseo beber con locura, dejando que mis neuronas se descontrolen y se deshielen

Por eso esperaré a que llegué pacientemente la primavera,
Mientras al igual que los seres invernales, dormitaré en una hibernación,
Donde aparezcas en mis sueños, yo tomándote del vientre, tú jugando con mis labios.

Cuánto tiempo tendré que esperar a que lleguen el verano del deseo y la pasión,
No lo sé, no me preguntes, esperaré cuanto sea necesario,
Para ver unidos nuestra sexualidad,
En un aquelarre de fuego, de manantial de amor, de clímax y de paz.


A ti, a quien no conozco

Hermosa mujer,
Me quedé pasmado, anonadado...afortunado el hombre que te abrace entre sus brazos,
Bienaventurado aquel que se deleite con tu mirada tan hipnotizadora y sensual...

Que más quisiera ser yo...ese que tiembla tan sólo en meditar el pasar tus dedos sobre tus piernas, sumido en ellas, hasta la insania, la insensatez.

En ese sofá, con tu mirada atrevida, me invitas a gozar el éxtasis del amor,
Quién no se convertiría en un Otelo al observar tu belleza,
Al resentir la pérdida de tu adiós porque eres de esas mujeres para toda una vida,
Para toda una eternidad...

Y acaso Dios sería tan grande para darme la oportunidad de conocerte,
De soñar con tus labios húmedos, de quitar tu blusa con la rapidez del niño que abre su regalo de cumpleaños...

De celebrar con Afrodita el haber encontrado a una mujer como tú, pero que la distancia,
El destino y otras cosas impedirán ese encuentra...

Brindo con una botella de Bollinger tan sólo por gozar tu amistad...


Don Gato (haciéndole al Neruda)